Las elecciones generales del pasado 28 de abril han dejado como vencedor al PSOE quien busca gobernar en solitario con acuerdos parlamentarios.
Las elecciones han sorprendidos a muchos. La socialdemocracia resiste en la península a pesar de que algunos partidos nacional-populistas han capturado el voto de electores de izquierda. Sin embargo, Europa se ha llevado una sorpresa con España.
El PSOE, a escasas cuatro semanas para las elecciones a la Eurocámara ha salido reforzado. Pedro Sánchez tiene muchas acciones en el mercado de futuros europeo lo que hace que cause interés y que sea tenido en cuenta para las decisiones económicas.
Portugal y España tienen en común el haber pasado por una dictadura longeva. Por un lado, los restos del dictador civil portugués António Oliveira Salazar, que no fue amigo ni de generales ni de obispos, descansan en una tumba muy sencilla en la parroquia de Vimeiro, cerca de Coimbra. Por su parte, los restos del general Francisco Franco están en un gigantesco mausoleo en la provincia de Madrid, del que se ocupa el Estado español de su mantenimiento.
Actualmente, en Portugal, ahora que tiene un sistema político estable tras la Revolución de abril de 1974, no existe allí ningún partido de extrema derecha en el Parlamento. En España, Vox ha conseguido 24 representantes en el próximo Congreso de los Diputados.
El periodista Pedro J. Ramírez comentaba la noche del domingo «los españoles han tenido más miedo a Vox que a los separatistas catalanes». Veinte horas después, no hay aún grandes reflexiones, aunque sí destaca una de la fundación FAES: «La fragmentación del centro derecha lejos de ser saludable, es la receta del fracaso».
La ley Suárez y su vigencia
La ley Suárez es buena para unos y mala para otros. En este caso no penaliza la división de la derecha, pero sí la deja sin conseguir ganar.
Y es que ahora es cuando debe arrancar el Plan Reunificación, un plan a largo plazo, tortuoso y el proyecto que propone José María Aznar para relanzar al partido popular.
La ley Suárez ha conseguido para el socialismo el 35% de los escaños, ya que con el 28,7% de los votos, ha salido vencedor. Su homólogo, Podemos, tiene el 12% de los escaños gracias a su 14,3% de votos.
Por otro lado estaría la extrema derecha, la más perjudicada por la ley, ya que a pesar del 10,3% de los votos, solo tiene el 6,8% de los escaños. Y de eso se quejan, de que se han lanzado miles de votos a la basura porque no cuentan.
Conforme se analizan y digieren los resultados de la noche del domingo 28 de abril, la incertidumbre y lo que pasará en España no parece estar muy claro aún. Por ahora, el PSOE quiere gobernar en solitario; Podemos quiere ministros; Ciudadanos no quiere ni hablar de pacto con PSOE; Vox está feliz con sus 24; y PP… ese mejor no dice nada ya que tiene por delante un duro levantamiento y hacer confiar de nuevo a muchos simpatizantes de esa derecha.
Pero los números son claros. PSOE y Unidas Podemos tienen 165 diputados, por debajo de la mayoría absoluta. Y para ello tendrían que echar mano de los partidos nacionalistas: Partido Nacionalista Vasco (6), Coalición Canaria (2), Compromís (1) y el Partido Regionalista Cantábro (1). Y EH Bildu, con 4 escaños. Llegarían a la mayoría dejando a un lado otros partidos como Esquerra Republicana (15) y Junts per Catalunya (7).
Por otro lado, estarían PSOE y Ciudadanos, con una suma de 180 diputados y el deseo de los empresarios, según las declaraciones de Antonio Garamendi, presidente de la patronal CEOE. Hasta el Banco Santander lo quiere.
Pero ni Ciudadanos quiere, ni los militantes del PSOE quieren al autoproclamado «nuevo jefe de la oposición» después del descalabro del PP.
Ahora le toca al PSOE ver qué tipo de pacto le ofrece a Podemos. Pero se sabe que se va a tomar las cosas con calma. Su prioridad ahora son las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo.
Fuente: LaVanguardia.